jueves, marzo 19, 2009

SER MUJER EN MÉXICO

La historia de la celebración del Día Internacional de la Mujer, surgió como consecuencia de las luchas de valores y derechos y en la que intervienen valores ideológicos, políticos, territoriales, fanatismo religioso, cultura, principios de predominio, riqueza y poder entre tantos elementos que intervienen en éste asunto.

Si bien es cierto, la mujer en su conquista de derechos e igualdad ha ido avanzando, aún quedan muchas áreas de desarrollo en el mundo en los cuales el papel de la mujer continúa siendo relegado. Los avances que ha obtenido la mujer en el ámbito social, político, deportivo, artístico, cultural, educativo, modas, científico, letras, profesional, financiero, empresarial, ejecutivo, trabajo, etc., han sido muchos, y aunque no han sido debidamente reconocidos estos avances y aún les falta mucho terreno por conquistar sigue manteniéndose una cotidiana lucha porque se respeten sus derechos.

En la sociedad antigua el Matriarcado fue la primera organización social de los pueblos antiguos, la deidad y la presencia de la mujer era determinante en la sociedad primitiva, en esta fase el hombre vivió originalmente en un estado de promiscuidad sexual, la cual excluye cualquier certeza de la paternidad, y el parentesco solamente se guiaba en la línea femenina, y las madres eran los únicos padres de la generación joven, esto determino una posición de tan alto respeto y honor que se convirtió en la fundación del Matriarcado, mas adelante en el desarrollo social se llevo a cabo una transición a la monogamia, por la que la mujer pertenece a un solo hombre, lo que da pie al Patriarcado, por ende la mujer pierde poder social, y político y se le obliga a tomar un papel mas hogareño para el cuidado de los hijos y la recolección de alimentos y su elaboración para el consumo familiar.

Ahora bien, en nuestra sociedad patriarcal y machista el lugar de la mujer ha sido relegado a la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano. Y quizás el único rango matriarcal importante que tiene es el de la Virgen de Guadalupe la cual evoca directamente en la Madre de familia, pero este icono femenino solo existe dentro del terreno de la devoción y no alcanza a instaurar una nueva estructura matriarcal, porque no es una figura de autoridad sino de maternidad. Y aquí el mexicano macho entra en contradicción, ya que respeta mucho a la madre, pero golpea a su pareja. A la madre no se le toca porque se le clasifica dentro de la categoría de lo sagrado, a la que la pareja no pertenece, y no es la figura femenina que reina en el corazón del mexicano, donde el orden patriarcal y el abuso a las mujeres es cotidiano.

Existen en México leyes que refuerzan el ideal machista del mexicano, como el establecimiento de la penalización de dos días a dos años de cárcel al hombre que mate a su mujer, por “cuestiones de honor”, o la ley que exime al que comete estupro o rapto si este contrae matrimonio con su victima. Y en el terreno religioso, solo basta recordar las recomendaciones del Arzobispado de México hacia las mujeres para que estas no usen ropa provocativa, ya que estas estimulan el eros del hombre.

Se estima que en México una de cada tres mujeres ha sido sometida a abuso emocional severo, y de ellas, al menos 10 por ciento enfrenta una agresión grave, y están inmersas en relaciones de abuso y maltrato constante.

De cada 100 mujeres de 15 años y más, 43 indican haber vivido situaciones de violencia emocional, física o sexual en su último vínculo con una pareja, a lo que se suma que cada año se realizan 3 mil divorcios principalmente por la violencia intrafamiliar.

En los casos en que existe violencia no sólo influyen aspectos sicológicos, también hay un factor social, pues la relación de pareja se establece de manera inequitativa, desigual y jerárquica. Las conductas y actitudes destructivas se dan en varias relaciones, pero en las que se construyen en el matrimonio tienden a ser fácilmente reproducidas.

Los efectos de la violencia en la pareja, que afecta principalmente a las mujeres, al menos 19.4 por ciento de las víctimas dejó de comer, 15.6 por ciento ya no salió de casa; 12.1 dejó de ver a sus familiares y amigos, mientras que 5.4 por ciento ya no estudió. A ello se suma que al menos 48 por ciento de las mujeres afectadas por la violencia sintió tristeza, aflicción o depresión; 20 por ciento padeció insomnio y 23.5 por ciento tuvo pérdida o aumento del apetito, y 31.3 por ciento tuvo problemas nerviosos.

En resumen existe una constante agresividad hacia las mujeres mexicanas y recordemos que la crueldad contra seres vivos es parte del proceso educativo en la deshumanización.

Te invito a reflexionar y que luches, junto con tu pareja, a una mejor relación humana y de completa comprensión y amor para ambas partes.

Liliana Toledo Jara

No hay comentarios.: